Hace poco hemos visto en esta columna,  a través de varios capítulos, la incómoda situación que se le  presenta al piloto de acrobacia cuando tiene que volar con viento. En  función de ello, tal vez podríamos suponer que lo contrario (cero  viento) es lo mejor, pero eso no es así, distintos peligros acechan  detrás de esa aparente “situación ideal”. 
                   Ocurre que, si bien a primera vista  preferiríamos volar sin que el viento sacuda nuestro modelo, resulta  que demasiadas cosas malas pueden suceder que están fuera de nuestro  control. Por lo que veremos aquí, el “aire muerto” es una  condición en la que menos les gusta volar acrobacia a muchos  aeromodelistas. 
                   Tipos de aire muerto
                   Hay tres tipos diferentes de aire  muerto. El primero y más fácil de tratar, es cuando simplemente no  hay aire que se mueve en cualquier dirección. Esto suele suceder ya  sea temprano en la mañana o al final de la tarde. También tiende a  venir con un sistema de alta presión estable. Puede ocurrir  inmediatamente después de haber finalizado un chaparrón.  A veces también viene con una capa espesa nube que se encarga de  mantener el calor del sol que golpea el suelo. En estas condiciones  se puede volar, pero se requiere un cierto conocimiento de qué  hacer.
                  
                    
                  
                    
                       
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                      Justo después de una  lluvia, el viento puede decaer hasta el punto de generar condiciones   
                      de riesgo para hacer acrobacia.  | 
                    
                  
                   El segundo tipo de aire muerto es  similar al primero pero con la adición de "ráfagas" con  velocidades variables y en direcciones variables. Esto crea problemas  al piloto para saber desde donde el viento está viniendo en cada  momento.
                   El tercer tipo de aire muerto es  similar al primero, pero tiene el componente añadido de las térmicas  que van y vienen. Esta condición por lo general viene con un cielo  despejado y el sol brillante, y algunas veces con una cubierta  delgada de nubes altas. Esta condición suele ocurrir más hacia la  mitad de la mañana y dura hasta finales de la tarde. Por lo general,  un par de horas antes de la puesta del sol puede llegar a disminuir.  Esta situación es posiblemente la más peligrosa para volar  acrobacia.
                   El problema
                   Volando en el primer tipo de aire  muerto, el problema que se produce es el aire turbulento detrás del  modelo, provocado como resultado de su propio movimiento a través  del aire. Esta turbulencia proviene de dos fuentes.
                   La primera es la estela turbulenta.  Esto es consecuencia de que, mientras el ala está generando  sustentación, un flujo de aire en espiral aparece a cada lado del  fuselaje. Se mueve en espiral en un sentido en la banda de babor, y  en la dirección opuesta en el lado de estribor. 
                    
                  
                  
                    
                       
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                      La imagen muestra el flujo  en espiral del aire alrededor del modelo  
                      y la corriente turbulenta  que se forma detrás de él.  | 
                    
                  
                   En el nivel de vuelo normal, esta es  mínima, y por lo general los modelos no sufren dificultades  con la turbulencia de estela en vuelo horizontal. Sin embargo, cuando  se le pide al modelo ejecutar un giro (por ej. en una esquina), la  sustentación aumenta y la estela turbulenta también aumenta y  destruye esa sustentación. Como comprobación, hace ya algún tiempo  quien estas líneas escribe tuvo oportunidad de ver como un modelo de  Roberto Mestorino se “descolgó del cielo” al realizar el segundo  looping consecutivo en las condiciones aquí descriptas.
                   La segunda fuente de aire perturbado  viene del propio giro de la hélice. Este flujo de aire en espiral es  el principal culpable de echar a perder muchos vuelos realizados en  el aire muerto. Experiencias realizadas por Paul Walter, después de  los Nationals del '84 con su “Bad News Special” le demostraron  que si a ese modelo le colocaba hélices de diámetros superiores a  las 12 pulgadas la generación de turbulencia era importante. 
                   Para obtener buenos resultados en  tales condiciones se vio obligado a reemplazar la hélice que  utilizaba habitualmente por otra de diámetro menor, que generaba  menos turbulencia. La conclusión aquí es que existe una correlación  directa entre el diámetro de la hélice y la cantidad de turbulencia  que se deja atrás.
                   Por otra parte, a medida que los  motores destinados a acrobacia han aumentado de cilindrada, el  problema de la estela turbulenta ha empeorado. Motores más grandes,  hélices más grandes, pero también es cierto, como contrapartida,  que más potencia permite manejar con más solvencia el vuelo en  turbulencia. El diseñador deberá balancear adecuadamente estos dos  factores contrapuestos.
                   Hablando del diseño, como sabemos que  los “generadores de vórtices” permiten encauzar los  filetes de aire turbulentos, entonces podemos recurrir a su  instalación en alas y estabilizadores para ayudar a disminuir los  efectos de la funesta turbulencia que tanto fastidio nos provoca.
                    
                  
                  
                    
                       
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                      Aquí podemos apreciar los  Generadores de Vórtices que Ricardo “Nuno” Herbón  
                      colocó en su  modelo de acrobacia.  | 
                    
                  
                   Y volviendo por un momento a las  hélices, tengamos en cuenta que las puntas redondeadas tienden a  generar más turbulencia que las rectas. Lo mismo que las que tienen  sus palas con perfil cóncavo.
                   Ahora describiremos los distintos  procedimientos para volar en aire muerto.
                   Volando el primer tipo de aire  muerto
                   Si el aire está realmente muerto, sin  térmicas, se puede volar bastante "fácil". En las  maniobras consecutivas simplemente se deben dar pasos hacia atrás  para que el modelo no vuele a través de su propio aire perturbado.  Se realizan pequeños pasos hacia atrás inmediatamente después de  iniciar una maniobra con figuras consecutivas y se sigue de manera  cuidadosa la forma en que el modelo está volando a través de la  maniobra. En el video que acompaña esta nota el piloto  norteamericano Matt Colan nos lo muestra muy claramente.
                  
                  
                   Si no se retrocede lo suficiente el  vuelo se tornará inestable, la tensión de las líneas puede variar  y las alas pueden oscilar en el eje de balanceo. Si siente alguno de  estos síntomas, retroceda más. Esto puede convertirse en algo  complicado al ejecutar los ochos, porque hay una gran cantidad de  recorrido en el que el modelo puede volar a través de su propio aire  perturbado. Una vez más, cuanto más grande es el diámetro de la  hélice, más se tiene que retroceder para permanecer en el aire  limpio. 
                   Hay que recordar que habrá jueces  detrás de usted cuando termine la maniobra y vuelva al nivel de  vuelo. Tan pronto como se haya pasado el punto en que no se verá  afectado por aire turbulento, vuelva rápidamente al centro del  círculo. Además, en los instantes previos a una de estas maniobras,  a veces conviene moverse hacia el otro lado (en relación con los  jueces) del centro del círculo, antes del inicio de la maniobra,  para obtener un poco más de espacio para retroceder.
                   Sí, el problema obvio con el vuelo en  aire muerto son los ochos sobre la cabeza (Foto 04). Simplemente no  se puede cavar en el suelo para evitar el aire perturbado. 
                    
                  
                  
                    
                       
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                      En esta imagen lo vemos a  Adrián Barrabino (alias: “Mr. Roller”) en momentos en que se   
                        encuentra “negociando”  un ocho sobre la cabeza.  | 
                    
                  
                                    Hay que  estar listo para moverse rápidamente si encuentra perturbado el aire  y el avión amaga con caerse. Lo que se puede hacer es, cuando se  inicia la maniobra, asegurarse de hacer su primer ocho sobre la  cabeza con la mano lo más alto que se pueda, y luego moverla lo más  bajo posible para el segundo ocho. Puedo recordar una imagen de  Carlos Barrabino volando en un Nacional, donde sus nudillos en un  momento estuvieronn casi en el suelo. A veces estas cosas son  necesarias.
                   Esto describe cómo sobrevivir volando  en el aire muerto. Sin embargo, además de mantener sano el modelo y  realizar la maniobra, también hay que obtener una buena puntuación  en estas condiciones. El problema con retroceder es que cada figura  consecutiva se verá más y más grande para los jueces cuando el  modelo se acerca a ellos cada vez más, a lo largo del desarrollo de  la maniobra. Unos simples cálculos muestran que la diferencia entre  la primera y la última figura de la maniobra puede tener un  crecimiento de casi un metro en el tamaño, en el momento en que la  maniobra se ha completado. Los buenos jueces percibirán este  crecimiento.
                   Entonces es hora de que un entrenador  venga para ayudar. Se practicará para hacer más pequeña cada  figura consecutiva en la que se tenga que retroceder,  para lograr  una perspectiva adecuada para la mirada del juez. Tomará un poco de  práctica y un buen coach para hacerle saber si ha realizado la  segunda o tercera figura demasiado grande o demasiado pequeña.
                   Lo anterior es para los loopings  circulares, pero también habrá que tener en cuenta a los ochos, que  son diferentes porque en ellos hay cuatro loopings en lugar de tres.  Con un poco de práctica, esto se convierte en algo casi  natural y  es una "oportunidad" frente a competidores que no manejen  esto con soltura. Un último recordatorio: Cuanto menor sea el  diámetro de la hélice, menos se tendrá que retroceder y menos se  tendrán que modificar los tamaños de las figuras consecutivas.
                   Volando en el segundo tipo de aire  muerto
                   El segundo tipo de aire muerto es  similar al primero, pero con el agregado de ráfagas en direcciones  variables. Esto es problemático, ya que los jueces sólo se pueden  mover mínimamente. La mejor opción es posicionar los jueces y volar  en frente de ellos, independientemente de lo que suceda. El problema  ahora se convierte en decidir dónde colocar los jueces, desde donde  viene el viento y hacia donde podría moverse. Por lo general,  durante una competencia en estas condiciones conviene observar de  cerca varios vuelos antes de nuestro turno, para ver cuales son las  variaciones en la dirección del viento. Y basado en eso, decidir  luego dónde se solicitará la ubicación de los jueces.
                   Otro factor a tener en cuenta es el  peso del modelo. Sabemos que construir liviano es muy beneficioso y  los aeromodelistas apuntamos a ese objetivo en nuestros modelos. Pero  la realidad es que cuanto más liviano sea el modelo, más lo  sacudirá el viento. Deberemos tener esto en cuenta y estar  preparados para lo que deberemos afrontar ante las condiciones de  viento imperantes en el campo de vuelo.
                   El lugar de vuelo es otro factor que  influirá en la forma en que el viento afectará nuestro vuelo.  Arboledas y matorrales cercanos contribuirán a generar turbulencia  en las corrientes de aire que circulen por la zona. Siempre  será conveniente analizar el lugar donde se va a volar, para estar  preparado.
                    
                    
                  
                    
                       
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                      Es imperativo analizar el  lugar donde se va a volar y detectar arboledas y matorrales  
                      que  contribuyen a generar condiciones de turbulencia.  | 
                    
                  
                   David Fitzgerald diseñó el “Thunder  Gazer” específicamente apuntando a su participación en  Landres (Francia), lugar que él ya conocía, sabiendo de las  condiciones de viento arrachado y turbulento que allí imperan. Y así  fue como ganó el Mundial F2B de 2008.
                  
                  
                    
                       
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                      El “Thunder Gazer” fue  diseñado específicamente para volar en condiciones críticas.  
                      Se  puede ver que David Fitzgerald también ha recurrido a los  Generadores de Vórtices  
                      para contribuir a mejorar el flujo de aire.  | 
                    
                  
                   La primera dirección del viento  variable es simple y obvia en cuanto a qué hacer. Esa dirección es  con el viento en la espalda. En esta condición, hasta es posible que  usted no tenga que retroceder. A veces conviene “curarse en salud”  y retroceder, por si acaso uno hubiera sobreestimado la velocidad del  viento y su capacidad para limpiar el aire turbulento antes del  inicio de la segunda figura consecutiva. Después de unas pocas  maniobras obtendrá una sensación en cuanto a la cantidad que se  necesita retroceder en cada figura. Si el viento continúa en esa  dirección, considérese afortunado.
                   Ahora bien, si el viento cambia y lo  recibe en su cara, retroceder es lo que no conviene hacer. Si uno va  retrocediendo a la misma velocidad que el viento,  o casi, será como  no retroceder en condiciones de aire muerto. El aire turbulento se  moverá con el viento y se lo podrá encontrar fácilmente ¡incluso  después de haber retrocedido!
                   Conviene optar por una de estas  opciones: a) caminar hacia la maniobra hasta encontrar aire limpio,  si el aire es ligero, o bien, b) si el aire se mueve lo suficiente,  estar quieto y dejar que el viento se encargue de limpiar el aire  perturbado de forma natural. 
                   Esto no es fácil de hacer, ya que  disminuirá la tensión de las líneas en el proceso y luego habrá  que aumentar el tamaño de la maniobra si uno camina hacia ella, para  que se vea correcta a ojos de los jueces. El problema en todos los  casos es la estimación de cuánto viento hay y decidir sobre un  curso de acción.
                   Justamente, para estimar dirección e  intensidad, hace años, el conocido campeón italiano Luciano  Compostella acostumbraba a competir con una talquera en su mano  libre, arrojando al aire pequeñas cantidades para tener una idea de  las condiciones del viento. En nuestro país Adrián Barrabino tomó  la idea y lo imitó.
                    
                    
                  
                    
                       
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                        Aquí lo vemos a Adrián  Barrabino haciendo uso de la talquera para detectar los cambios  
                        de  dirección e intensidad del viento, durante el vuelo.  
                        N. del A.:  agradecemos al autor de la foto, a quien no conocemos. 
                          
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                   El otro caso es cuando el viento  cambia de dirección y viene de costado. Una vez más, usted  necesitará retroceder algo porque el aire perturbado se moverá,  pero permanecerá en la trayectoria del avión. 
                    
                  La tensión de las líneas durante las  maniobras con este viento lateral no ha cambiado mucho, pero se  sentirá diferente en las maniobras, ya que tendrá un viento de cara  en la mitad de los ochos y un viento de cola en la otra mitad. Esto  lo obligará a cambiar su impulso de mando en las esquinas cuadradas,  y también algo en los giros redondos. 
                   Usted debe ser consciente de esto  antes de la maniobra para ejecutar los impulsos de control apropiados  para hacer las figuras correctas, en lugar de limitarse a responder a  las condiciones que se van presentando.
                   Un viento lateral no es tan difícil  de volar, y si encuentra una ocasión para practicar esto, lo llevará  a poder mantener una actitud positiva frente a esta situación.
                   Volando en el tercer tipo de aire  muerto
                   Esta, sin lugar a dudas, es absoluta y  positivamente la condición menos favorable para volar de todas las  que estamos viendo. El aire muerto con térmicas es sumamente  peligroso. Esta es realmente una situación riesgosa porque una  térmica puede aparecer en un instante y sin previo aviso. A veces   se puede presumir que está por venir, en el vuelo nivelado se siente  como un “bache” que no estaba allí en la vuelta anterior.  También puede aparecer en el medio de una maniobra cuando, de  repente, el modelo es levantado como si fuera una pluma. Puede  encabritarse, hacer una guiñada o rolar con violencia, según la  forma en que se cruza con la térmica. ¡Un garrón!
                   A veces la térmica puede ayudar. Por  ej. si aparece en la vertical de los ochos, empujando el modelo hasta  la parte superior, y eso hace muy fácil la primera mitad, si bien  regresar luego hacia abajo desde allá arriba conlleva más esfuerzo.
                   Durante un concurso, si las  condiciones del tiempo son proclives a la aparición de térmicas, se  hará un estudio previo de la situación. Como se mencionó  anteriormente, se observarán los vuelos previos al nuestro para  comprobar el estado del aire y, si hay alguna posibilidad de que este  evento térmico pueda suceder, se puede añadir algo más de tiempo  en el temporizador, o poner más combustible en el tanque para tener  la posibilidad de dar alguna vuelta extra a nivel, confiando en que  termine de pasar la térmica antes de iniciar nuestra siguiente  maniobra. Es mejor evitar la térmica en vez de tratar de luchar  contra ella. No hay muchas más cosas que se puedan hacer para  impedir que la térmica nos arruine una maniobra.
                   Conclusiones
                   Si pudiéramos elegir el entorno para  nuestros vuelos, optaríamos por una superficie muy amplia y plana,  con varios kilómetros cuadrados alrededor sin ningún tipo de  obstáculos que puedan alterar las corrientes de aire. Y con una  brisa constante en cuanto a dirección e intensidad de alrededor de 4  - 5 km/h
                   Pero sabemos que las condiciones  ideales difícilmente se hacen realidad. A lo mejor, con suerte,  alguien puede acceder a una superficie como la que acabamos de  describir. Pero lo que será imposible de lograr es la brisa suave y  constante a nuestro gusto. Eso es una utopía.
                   En resumen: 
                  
                    -  
                      
El uso de una hélice de menor  	diámetro puede contribuir a evitar los riesgos del aire muerto. 
                     
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Practique la forma de retroceder a  	distintas velocidades para acostumbrarse al proceso de desplazarse  	durante las maniobras de vuelo. 
                     
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Tenga en cuenta también que un  	entrenador podrá ayudarle con los tamaños de las maniobras desde  	la perspectiva de los jueces al dar marcha atrás. 
                     
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Analice el lugar donde va a volar y  	los obstáculos que lo rodean. 
                     
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No evite practicar en condiciones de  	“aire difícil”, ya que ello le ayudará en futuros vuelos de  	competencia cuando el aire muerto pudiera surgir. 
                     
                  
                   Si bien salir a volar es opcional,  evitar el viento es imposible.