Orestes Perdomo – Un eximio artesano
Suele
conocerse a la gente por su obra antes que por su historia
personal, especialmente cuando esa obra se destaca. Es el
caso de este aeromodelista radicado en Miami que, por la
calidad de los modelos que construye, es ampliamente
conocido en los EE.UU. y en otros países, incluyendo el
nuestro.

Estos son los primeros motores que
utilizó, en la década de los 60’, y todavía
conserva. De izquierda a derecha: Jena 1 de 1 cc.,
producido en Alemania del Este, Gin Han (gaviota) de
2,5 cc. originado en China y un Jena 15 de 2,5 cc. |

Un momento del reportaje. De
izquierda a derecha: Pedro Soto, el autor y Orestes
Perdomo. |
Sin
embargo, quienes nos interesamos por difundir todo lo
relacionado con nuestro hobby nos ocupamos de indagar y
divulgar la trayectoria de aquellos que sobresalen. Es por
ello que no perdí la oportunidad, cuando conocí
personalmente a Orestes Perdomo, de recoger el relato de sus
inicios en Cuba, de donde es oriundo y donde tuvo una amplia
trayectoria y su posterior paso por Costa Rica, hasta llegar
a Miami, donde se encuentra actualmente.

Este es el Caribbean, su última
realización para vuelo circular. |

El Caribbean es un modelo desarmable
para facilitar su transporte, culminación de años de
diseños para vuelo circular acrobático realizados
por Perdomo. |
Nos
cuenta Orestes que, habiendo nacido en 1951, desde chico le
entusiasmaban los aviones y ya a los 8 años construía
modelitos con madera de pino y hélices talladas por él
mismo, impulsándolos con motorcitos eléctricos que extraía
de otros juguetes. Obviamente no despegaban, pero el solo
hecho de verlos correr por el suelo ya era suficiente para
él. En las revistas veía los anuncios de aeromodelos con
motor a explosión y comandados por cables que para él eran
un sueño que solo años más tarde se hizo realidad.

Orestes durante el proceso constructivo del X–29 de
R/C realizado con su calidad habitual. |

En
Miami volvió a construir el Super Master, modelo con
el que había
representado a Cuba en Europa. |
Vivía en
una localidad del interior de Cuba a la cual no llegaban
fácilmente elementos de aeromodelismo, hasta que en 1963 un
tío radicado en La Habana fue a visitarlos y llevó consigo
un modelo que realmente volaba. En ese momento descubrió
Orestes que era mucho más liviano que los que él construía y
trató de imitarlo sin éxito. Pocos meses después el tío
volvió a visitarlos con otro modelo, con un motorcito a
explosión! Orestes quedó maravillado y, en el verano
siguiente, él recibió su propio modelo.

El
X-29 fue un modelo que dio mucho trabajo
hasta lograr determinar el CG correcto.
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Algunos de sus trofeos |
En el
primer intento de volarlo lo rompió por causa del viento,
pero en La Habana, el tío lo llevó al club donde vio como
otros aeromodelistas volaban sus modelos, pudo preguntar y
averiguar, y comenzó a comprender los secretos del vuelo de
los aeromodelos. Luego fue a una casa de aeromodelismo y
compró lo necesario para reparar su modelo, regresó a su
pueblo, lo reparó y un hermoso día bien temprano (¡sin
viento!) lanzó su modelo al aire y lo vio elevarse y volar
hasta que el combustible se agotó y aterrizó intacto. Allí
Orestes descubrió, a los 13 años, lo que él llama: “el
sentido de mi vida”.
Poco a
poco fue aprendiendo a construir otros modelos, a su primer
motor de 1 cc. sumó otro de 2,5 cc. fabricado en China y
luego otro similar proveniente de Alemania del Este. Todos
eran Diesel y actualmente los conserva.
El
esposo de su profesora de matemáticas del colegio, que
también construía modelos, le brindó todo su asesoramiento y
lo contactó con un grupo de aeromodelistas de una ciudad
cercana.

La
mesa de trabajo de Orestes |

Podemos ver que Quique Somenzini le dedicó un
autógrafo |
A fines
de la década de los 60‘s todas estas personas y gran parte
de su propia familia, incluyendo al tío en cuestión,
emigraron a los EE.UU. y le dejaron a él modelos y motores.
Lo apenó despedirse de sus amigos, pero continuó
construyendo y volando. Sus modelos fueron Chief,
Curtiss P-40, Smoothie, Thunderbird y
otros, con motores McCoy y Fox. Desde 1968
hasta 1971 cumplió con su Servicio Militar Obligatorio (3
años) y en esa época participó en sus primeros Nacionales
donde obtuvo una muy buena colocación, que lo colocó en el
reducido grupo de los aeromodelistas más destacados de Cuba.
Las
autoridades que manejaban el aeromodelismo decidieron
proveerlo de materiales, planos y un Super Tigre .40,
así que Orestes optó por construir un Super Master,
diseñado por Josef Gabris, de Checoslovaquia, que era un
modelo de acrobacia muy popular en Europa ya que, en manos
de su diseñador, tuvo una campaña rutilante que culminó con
la obtención de los campeonatos mundiales de 1966 y 1968.
Con ese modelo Orestes ingresó en una dimensión diferente
respecto de lo que él había volado hasta el momento.

Para
la época de nuestra visita, Orestes tenía muy
avanzada la construcción de este magnífico Grumman
F9F-8 – Cougar, en versión para R/C |

Vista del tren principal del Cougar |
Sin
embargo su espíritu investigador lo llevó a perfeccionar el
diseño. Obtuvo información de las revistas que le habían
dejado los amigos que abandonaron la isla y de un libro de
aerodinámica que le prestaron. A partir de allí diseñó su
propio modelo, tomando como base las ideas de Josef Gabris.
Con el mismo participó en los Nacionales de 1975 y logró
colocarse en el grupo de los 6 preseleccionados para el
Mundial de Holanda en 1976. En consecuencia le entregaron
material para construir dos nuevos modelos de su propio
diseño, bautizado Super Caribe.
A
principios de 1976 comenzaron las competencias eliminatorias
entre los preseleccionados, para determinar a los 3
representantes de Cuba en el Mundial, obteniendo él el
tercer puesto. En Mayo el equipo viajó a Checoslovaquia para
participar en los Juegos Socialistas Internacionales,
obteniendo Orestes el 12vo. puesto, única vez que Cuba
estuvo representada en las finales. En ese concurso Josef
Gabris observó la similitud del Super Caribe con su
Super Master, por lo que Orestes le comentó los
razonamientos que le habían llevado a realizar las
modificaciones. Josef Gabris no emitió opinión en ese
momento, pero años después (Model Aviation – Noviembre de
1980) Orestes pudo constatar que había adoptado algunos de
sus conceptos.
En aquel
Mundial de Holanda obtuvo el puesto 27mo., mucho más arriba
que sus compañeros de equipo y que el resto de
representantes de Latinoamérica. Posteriormente, en 1977,
representó a su país en dos eventos internacionales
desarrollados en la orbita socialista, obteniendo las dos
únicas medallas logradas por Cuba en la categoría Acrobacia
– Vuelo Circular. La experiencia que recogió en Inglaterra
en 1978, cuando representó a Cuba en el Mundial de ese año,
fue muy aleccionadora ya que el pésimo clima dañó
considerablemente su modelo, igual que otros de bajo peso y
pequeños. Como consecuencia, a su regreso comenzó a trabajar
en un modelo más grande y además, desarmable para facilitar
el transporte.
En
materia de modelos desarmables ya previamente había hecho un
intento, construyendo a fines de 1976 un Chipmunk,
pero que resultó muy pesado en relación con su superficie de
sustentación, por lo que no resultó bueno. Ahora, en 1979,
volvía a trabajar en el tema con el objetivo de participar
en el Mundial de Polonia de 1980 con un modelo de gran área
de sustentación y liviano, por lo que se comportaba
perfectamente en todas las maniobras.
Sin
embargo nada de eso se concretó ya que otras preocupaciones
relegaban momentáneamente sus actividades en aeromodelismo a
un segundo plano, y durante más de un año estuvo tramitando
el permiso para salir de Cuba con su familia. Así fue como
en Noviembre de 1980 llegaron a Costa Rica donde fueron
amistosamente recibidos y se unió a un grupo de
aeromodelistas con los que trabó una muy buena amistad, al
punto que periódicamente viaja desde su actual residencia en
Miami, invitado a distintos eventos por los amigos que dejó
en ese país centroamericano.
En Miami
se radicaron en Setiembre de 1982 y rápidamente entró en
contacto con sus conocidos y amigos aeromodelistas, pero
todos ellos practicaban radio control por lo que en esa
dirección canalizó su actividad. Construyó y voló muchos
modelos de radiocontrol y es altamente reconocido por la
calidad de sus construcciones, al punto que permanentemente
recibe encargos de otros aeromodelistas de distintos lugares
del país. Luego de varios años, en 1989, se organizó entre
los cubanos exiliados un grupo especializado en vuelo
circular, reencontrándose así con sus antiguos amigos con
los que practicaba acrobacia en Cuba.
Durante
su trayectoria ha construido muchos modelos, más de 350, por
lo tanto y dado lo extenso del tema, ese será un asunto a
tratar en otra nota.
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